En los tratados más clásicos de Museología se apunta que los tres elementos claves de un Museo son un edificio, una colección y un público. Esta visión ha cambiado mucho en las últimas décadas, entre otras cosas porque en las nuevas experiencias museísticas a veces el hecho de contar o no con una colección valiosa y estable resulta totalmente secundario. ¡Todo es museable!, dicen los modernos, y en ese sentido hasta una pared en blanco puede tener un significado.
Los espacios donde se desarrollan los museos, el edificio del concepto clásico, también han sufrido modificaciones. Hoy en día, el gran palacio de columnas de mármol puede ser prescindible. Parques, patios, plazas, ruinas y antiguas naves industriales abandonadas también son lugares donde se exponen la ciencia y el arte.
Si todos los demás conceptos se han tambaleado, el público permanece como una constante preocupación; y no es baladí, porque sin público el Museo no tendría ningún sentido, sin público el Museo no sería más que fetichismo coleccionista. Esta es la razón por la cual todas las instituciones museísticas serías y realmente comprometidas con su trabajo están tan preocupadas por conocer a su público: quiénes son, cuál es su edad, su nivel educativo y socioeconómico, sus expectativas, sus preferencias, sus razones, su alma… ¿por qué una determinada persona escoge un sábado por la tarde ir a un Museo y no a perderse en las tiendas de una gran superficie?
A esta altura nos parece por demás oportuno recordar una frase de Jorge Wagensberg (Barcelona, 1948), físico de profesión que se desempeñó como director de CosmoCaixa y en la actualidad elabora el proyecto del museo sobre ciencia y arte: El Hermitage Barcelona: “La trascendencia de un museo no se mide por el número de visitantes, sino por los kilos de conversación que genera antes, durante y después de la visita". En España esta preocupación ha estimulado experiencias tan interesantes como la del Laboratorio Permanente de Público de Museos, proyecto de investigación y formación promovido principalmente por los museos estatales dependientes de la Dirección General de Bellas Artes y Patrimonio Cultural.
Desde el año 2008 este Laboratorio ha llevado a cabo varios estudios sobre el público de diversos museos, todos ellos consultables y descargables en su página web (https://www.mecd.gob.es/cultura/areas/museos/mc/laboratorio-museos/inicio.html. Las conclusiones de estos informes pueden servir como una herramienta fundamental para mejorar la gestión de las instituciones culturales. No es un mero acto de egolatría por conocer el número de visitantes, sino una forma de saber si las instituciones están llegando a todos los sitios que sería conveniente llegar.
Por ejemplo, una de las conclusiones a las que han llegado algunos de estos informes es que son las personas mayores, con estudios universitarios, los principales visitantes de museos. En principio puede parecer un resultado previsible, pero nos debe servir para investigar cómo llegar a otros estratos, quizás más necesitados de cultura, esparcimiento y conocimiento. ¿Es el precio un problema?; ¿es el contenido?; ¿es la comunicación?; ¿es un poco de todo?..
Desde el Museo Casa de la Ciencia hemos intentado, con resultados aún muy modestos y con recursos limitados, llevar a cabo alguna estimación de nuestro público, pero reconocemos que nos faltan datos y que es una tarea muy necesaria, pendiente y urgente. Sabemos que en los últimos años hemos aumentado nuestro arraigo en el público escolar, sobre todo el alumnado de Infantil y Primaria, cuyos docentes nos ven como una opción atractiva para la formación complementaria al programa educativo. Pero queremos saber más; y estamos con los oídos abiertos a sugerencias al respecto.
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