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La vida que comienza al cerrar los ojos

01/12/2022

¿A quién no le gusta dormir? Tumbarse en la cama después de un largo día y desconectar de nuestra agenda mental puede ser una actividad muy placentera. Pero dormir no es solo una función que responde a nuestro sentido más apacible y agradable del ser humano, sino que se trata de una función vital, necesaria para el correcto desarrollo de nuestro cuerpo. Además, mientras dormimos, aunque no lo percibamos, experimentamos procesos de todo tipo.

Según indica el artículo ‘La Ciencia del sueño. ¿Qué ocurre mientras dormimos?’ de  Montserrat Martínez Guerrero y Karla Nahomi López Hernández, antes de 1950, se pensaba que el cerebro entraba en un estado de inactividad durante las horas de sueño, como si iniciara el “modo off” cada noche. Sin embargo, estudios recientes han demostrado lo contrario: el cerebro se encarga de actividades fisiológicas relacionadas con la calidad de vida de la persona, es por ello que, según el ensayo ‘El cerebro durmiente. El vigilante nocturno The Sleeping Brain. The Night Guard’, elaborado por M. Azpeitia de Alba, C Sarabia Hernández, J. E. Pineda Sánchez y A. Del Castillo Arreola, el cerebro reorganiza funciones a través de neurotransmisores que llegan a diferentes partes del cuerpo y fortalece nuestras capacidades cognitivas para poder desarrollar nuestras actividades del día a día. 

Además, según las conclusiones de este ensayo, dormir contribuye a consolidar los procesos de aprendizaje, incluso, se ha comprobado que mientras dormimos la información almacenada en nuestra memoria de trabajo es enviada a nuestra memoria a largo plazo (Schacter, 1996). Lo mismo ocurre con los recuerdos, se podría  decir que es algo parecido a lo que ocurre en la famosa película ‘Inside Out’, donde pequeños trabajadores cerebrales se encargan de clasificar los recuerdos y experiencias en el puzzle que supone la cabeza de una niña. Nuestra salud física también se ve beneficiada con un sueño reparador, es decir, una media de 8,3 horas sería el punto óptimo según el Instituto del sueño, centro de referencia internacional en el ámbito de los trastornos del sueño con sede en Madrid, Santiago de Chile y Panamá, ya que, la falta se sueño se asocia a enfermedades como presión arterial alta, aumento de peso, altos niveles de cortisol… 

¿Y cuándo es el momento de la noche en el que soñamos? Según diversos estudios, es durante el sueño REM donde experimentamos Movimientos Oculares Rápidos y nuestra respiración, además de la frecuencia cardíaca, se tornan irregulares. La mayoría de los sueños se suelen dar en estos momentos y, si se nos despierta durante el sueño REM es probable que recordemos lo que estábamos soñando. Un estudio neurofisiológico realizado por Yuval Nir, Itzhak Fried y el Laboratorio de Ciencias Cognitivas de París, la Universidad de Wisconsin-Madison y la Universidad de Tel Aviv analizaron el estado cerebral de 19 personas despiertas y dormidas, obteniendo como resultado que la situación del cerebro mientras dormimos es muy parecida a la de la vigilia ya que “las imágenes durante nuestros sueños parecen reales porque para el cerebro realmente lo son”

Y para finalizar, ¿conoces el término ‘Consultar con la almohada’? No está lejos de la realidad ya que dormir está relacionado con la capacidad más creativa del cerebro, además de la resolutiva gracias a la combinación de ideas y el refuerzo de la información que tenemos en nuestra mente. ¡La almohada puede ser tu mejor consejera!

Por Sara Adán

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