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¿Cómo se comunican los animales?

24/01/2024

Seguramente en algún momento de tu vida te has preguntado en qué consiste la comunicación animal, si los animales cuentan con su propio lenguaje, si entre ellos llegan a entenderse o si siempre han utilizado las mismas estrategias comunicativas. La ciencia avanza y con ello se logra responder a este tipo de preguntas. El nuevo título de la colección ‘¿Qué sabemos de…?’ de la editorial CSIC-Catarata titulado “Cómo se comunican los animales”, por Gonzalo M. Rodríguez, colaborador del Museo de Ciencias Naturales de Madrid (MNCN), del CSIC, se centra en este tema concreto.

En este libro se pueden apreciar datos muy interesantes, como, en primer lugar, lo necesario que es concretar, tal y como indica el experto, que la comunicación va más allá del habla. Una mancha oscura en el vientre de un ciervo macho o el olor que algunos animales liberan en su orina ya son mensajes. Sin embargo, no todas estas acciones son comunicaciones voluntarias, su distinción recae en el proceso evolutivo: una señal es un mensaje, pero un indicio no se relaciona con la comunicación, según el autor del libro. Las señales han sido modeladas por selección natural para que el emisor las envíe y el receptor las reciba, mientras que los indicios son información que transmite el animal a su entorno de manera involuntaria. Un ejemplo de indicio sería dejar huellas al pasar por un camino, es inevitable que el animal deje su rastro y eso puede dar información al resto de seres vivos, sin embargo, es un ejercicio involuntario que carece de una comunicación formal.

¿Qué razón llevaría a un animal a buscar la necesidad de comunicarse con otro? Lógicamente, la supervivencia. Evitar al depredador puede ser el mayor factor para que la comunicación funcione, de hecho, si para conseguir no ser comidos tienen que recurrir a mentir en sus mensajes, lo harán. Por ejemplo, existen individuos inofensivos que imitan conductas de otros peligrosos o venenosos para asustar a posibles depredadores, como las moscas de la familia Syrphidae y su parecido a abejas y avispas o la serpiente Lampropeltis triangulum, que cambia de color para parecerse a otra especie muy venenosa. Esta práctica se conoce como mimetismo batesiano. Sin embargo, los conflictos del día a día también lo motivan. El ser humano no es el único ser vivo que se pelea con miembros de su familia, de hecho, es una práctica habitual en aves, como indica el experto. Las peleas entre hermanos para captar la atención de las madres aves conlleva estrategias comunicativas que van desde las voces desesperadas hasta manchas de colores que aparecen dentro de sus picos.

No obstante, no siempre es necesario que se produzca el conflicto para que exista la comunicación, por ejemplo: “existen casos en los que hay intereses comunes, como cuando una abeja danza para informar a otras abejas de su colonia dónde se encuentran las flores más próximas y llenas de néctar”, explica Gonzalo M. Rodríguez. La comunicación entre animales es muy emocionante por su gran diversidad, desde las danzas de cortejos hasta las vocalizaciones de los cetáceos. Es fascinante descubrir como cada especie ha desarrollado formas únicas de comunicarse con otros individuos para intercambiar información. A medida que la ciencia avanza, descubrimos nuevas manifestaciones comunicativas animales que no dejan de sorprender.

Por Sara Adán.

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