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La diversidad cromática de nuestra mirada

18/04/2024

Azules, verdes, marrones, miel… Cada mirada es un lienzo de colores que nos identifica y diferencia a la vez. Aunque las tonalidades puedan ser muy parecidas, cada ojo es completamente único, tal y como lo son nuestras huellas dactilares. Pero, ¿qué factores determinan que nuestros ojos tengan estos colores?

El instituto Europeo de Química, Física y Biología (IEQFB) explica que el color de nuestros ojos depende de la cantidad de pigmentación melanina que tenga el iris, es decir, la parte coloreada de nuestro ojo. Se trata de un músculo que controla el tamaño de la pupila reaccionando a los diferentes niveles de luz. Cuanto más pigmento tenga el iris, más oscuro será el color del ojo y viceversa. Sin embargo, cuanto menor sea la melanina, más sensibilidad tendrá el ojo a la hora de recibir luz, siendo el ojo marrón mucho más tolerante a los rayos de sol.

El IEQFB asocia los colores de los ojos principalmente a dos factores: la información genética y la distribución de la pigmentación. Es cierto que tendremos muchas más posibilidades de tener ojos claros si nuestros padres también los tienen, eso se debe a que nuestro cuerpo cuenta con 46 cromosomas divididos en 23 pares. Durante la fecundación, se adquiere un cromosoma de cada progenitor para formar cada par de cromosomas, estableciendo así una parte concreta de nuestro ADN y, por tanto, siendo responsable este proceso de muchas de nuestras características físicas. El color de los ojos viene establecido en dos proteínas: OCA2 y HERC2, que forman parte del cromosoma 15. Sin embargo, el hecho de que los padres tengan los ojos azules no determina que el hijo o la hija los tenga también al 100%.

Por otro lado, hay investigaciones científicas que, además del factor genético, incluyen la distribución de la pigmentación como factor esencial en este proceso, es decir, la manera en la que la luz se dispersa a medida que pasa a través del ojo. En España el color más común es el verde-avellana (55,2%), seguido del marrón (28,5%) y finalmente del azul-gris (16,3%), según indica la investigación Iris color: validation of a new classification and distribution in a Spanish population-based sample.

Al nacer aún no contamos con un color de ojos definido, debido a que las células productoras de melanina aún son inmaduras y no están desarrolladas en su totalidad ni depositadas en el iris, además, los ojos no se han oscurecido aún al no haber sido expuesto a la luz ultravioleta. Debido a que suele tomar alrededor de un año que la melanina haga su trabajo al completo, es un riesgo determinar con exactitud el color de los ojos de los bebés demasiado pronto.

El color de nuestros ojos es mucho más que un rasgo estético, es el resultado de factores genéticos, culturales y biológicos que nos hacen ser únicos/as, algo que nos invita a reflexionar sobre la riqueza del ser humano.

Por Sara Adán. 

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