El descenso de las temperaturas, la disminución de las horas de luz y la llegada del frío viene acompañada de un cambio en la tonalidad de las hojas de los árboles. Los paisajes adquieren tonalidades marrones y anaranjadas debido a que, ciertas plantas y árboles, pierden su color habitual. ¿Por qué se produce esto?
Los árboles cuyas hojas cambian de color dependiendo de la estación del año reciben el nombre de caducifolios, mientras que aquellos que mantienen su color durante todo el año se conocen como perennes. Entre ellos, a pesar de las diferencias físicas, solo hay una distinción: la presencia o no de resinas que protegen la clorofila a lo largo de los 365 días.
¿Qué es la clorofila?
A medida que el verano termina y el otoño avanza, los días se acortan y las temperaturas descienden. Estos cambios en la luz y temperatura son señales que avisan a los árboles de que comienza una nueva temporada. En este sentido, la clorofila ocupa un papel esencial al ser la responsable de ese pigmento verde de las plantas y al ser fundamental en el proceso de fotosíntesis por el cual las plantas consiguen alimento a partir de la luz solar. Sin embargo, a pesar de su relevancia, se trata de un elemento delicado que necesita condiciones muy concretas para producirse. A medida que las condiciones meteorológicas van cambiando, la generación de clorofila va progresivamente disminuyendo, dando como resultado la desaparición por completo de la sustancia durante el invierno. Asimismo, gracias a esta pérdida cromática, las hojas van desenmascarando otros pigmentos que también tienen, como son los carotenos y las antocianinas, que son de color naranja y rojo, respectivamente.
Los árboles de hoja perenne cuentan con una ventaja en este sentido: sus hojas se encuentran cubiertas de una resina especial que les permite que la clorofila no se exponga de la misma forma a las condiciones climáticas del momento, consiguiendo que no se vean alteradas.
Pero, si la clorofila es fundamental en el proceso de fotosíntesis de las plantas, ¿cómo se alimentan los árboles de hoja caduca? Este tipo de árboles entran en un estado de supervivencia a través de mecanismos como:
- Reserva de nutrientes: antes de que sus hojas caigan, almacenan nutrientes en sus raíces, troncos y ramas para mantener sus funciones vitales.
- Metabolismo reducido: Su metabolismo se reduce significativamente, lo que les permite conservar energía y utilizar reservas almacenadas de manera más eficiente.
- Agua y nutrientes del suelo: aunque no puedan realizar la fotosíntesis, los árboles pueden absorber agua y algunos nutrientes del suelo a través de sus raíces.
- Adiós hojas: para sobrevivir, necesitan deshacerse de todos aquellos elementos que no sean indispensables, es decir, las hojas. Sin la clorofila, se vuelven áreas sin función que estarían consumiendo recursos necesarios para la supervivencia del árbol o la planta.
Con el inicio de la primavera y el regreso de las condiciones climáticas más favorables para su supervivencia, los árboles de hoja caducifolia comienzan a producir nueva clorofila y hojas, reiniciando el proceso de fotosíntesis y volviendo a captar energía del Sol. En este momento, los paisajes retoman sus vivos colores y despiden las tonalidades marrones tan características del otoño.
Por Sara Adán.
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