Usted está aquí

Dominando el arte de estudiar

13/03/2024

Llega la época de exámenes y con ello la ansiedad de muchos estudiantes que buscan memorizar el contenido de sus asignaturas evaluables en poco tiempo. La temporada de exámenes es un periodo de intensa concentración y dedicación, una época que protagoniza el ‘aforo completo’ de las bibliotecas y es la causante de la presión constante por alcanzar buenos resultados. El estrés estudiantil puede acabar afectando al rendimiento académico e incluso a la salud mental del/a propio/a estudiante, además de perder el equilibrio entre el estudio y el descanso, una actividad esencial para asentar el conocimiento. 

Pero, ¿estudiar es sinónimo de estrés? No necesariamente. A lo largo de la historia se han diseñado diferentes maneras de organizar los días de estudio para no desesperarse en el intento de aprobar una asignatura. Los siguientes cuatro métodos, avalados por la ciencia, ofrecen la oportunidad de estudiar de una manera correcta, sin abusar de las horas de estudio y respetando la vida personal del estudiante:

Método Pomodoro:

Este sistema de estudio fue desarrollado por el ingeniero informático Francesco Cirillo a finales de los años 80. La clave de este método recae en la división del tiempo, de ahí su nombre (se llama pomodoro -tomate en italiano- con motivo de los temporizadores de la época, que tenían forma de tomate). Con la ayuda de un temporizador, el/la alumno/a cronometra su intervalo de estudio, unos 25 minutos aproximadamente, acompañado de un descanso de entre 5 y 10 minutos. Gracias a estas pausas, el estudiante retoma el estudio con un cerebro más tranquilo y despejado. Tras cuatro “pomodoros”, se toma un descanso más largo, de una media hora aproximada. Tal ha sido la fama de este método que a raíz del mismo se han desarrollado aplicaciones que controlan estos intervalos. 

Método SQ3R:

Este sistema fue desarrollado por el filósofo norteamericano Francis P. Robinson en 1946. La lectura es la clave de esta forma de estudio, que se basa en cinco pasos: investigar, preguntar, leer, recitar y revisar. Está dirigido a estudiantes universitarios y, para llevarlo a cabo, es necesario seguir el siguiente orden: leer el temario sin detenerse en pormenores, hacerse preguntas sobre el mismo, hacer una lectura activa, recitar en voz alta lo que recordamos del temario y, por último, revisar si lo que hemos dicho es correcto y coincide con lo que está escrito en nuestros apuntes. 

Método del cuadro KWL:

Este método, desarrollado por la pedagoga Donna Ogle en 1986, es considerado como una de las formas más efectivas de memorizar. Se trata de la elaboración de un esquema que responde a tres preguntas: ¿Qué sé del tema? ¿Qué queremos saber sobre ese tema? y ¿Qué hemos aprendido del tema? Los estudiantes no solo memorizarán el contenido, sino que este sistema les otorga la posibilidad de hacer un estudio más crítico y comprensible.

Método de Cornell

Sistema ideado por el Doctor en Psicología y profesor de la Universidad de Cornell, Walker Paul, que se caracteriza por dividir un folio en cuatro partes: encabezado, donde se apunta la asignatura y el tema tratado; ideas clave, donde se anotan preguntas e ideas destacadas; notas de clase, donde se escribirán dudas que puedan surgir y que deberán ser preguntadas en el aula y resumen, donde se tratará de sintetizar al máximo toda la información de los apuntes. 

Definir un método de estudio concreto es una actividad clave para planificar nuestro tiempo y organizar nuestras tareas por orden de prioridad. De esta manera, seremos capaces de aprovechar cada minuto del tiempo de estudio, evitando el agotamiento, minimizando la procrastinación y creando estudiantes menos estresados. 

Por Sara Adán

Añadir nuevo comentario

8 + 7 =
Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4.