Dice el refrán que "a quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija"; y eso es lo que hemos hecho en el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla, sobre todo, a medida que hemos ido aumentando nuestra oferta de actividades para uno de nuestros públicos más numeroso: los centros educativos.
¡Quiénes mejor que los propios profes para asesorarnos! Ellos y ellas son nuestros árboles.
Antes de seguir con la reflexión, conviene regresar en el tiempo a febrero de 2013 (dentro de muy poco se cumplirán dos años). En ese mes La Casa de la Ciencia, tras de un periodo de cierre por reflexión y rediseño, volvió a abrir sus puertas al público.
La nueva programación de reapertura era modesta: dos exposiciones permanentes ("La Mar de Cetáceos en Andalucía" e "Invertebrados de Andalucía") y una muestra temporal, la recordada "Una autopista detrás del enchufe", que contaba con una visita guiada.
Pronto entendimos un detalle logístico fundamental: en las escuelas, colegios e institutos, cuando se organiza una excursión, raramente acude una sola clase, sino que lo más común es que en una misma "salida" participe todo un ciclo o incluso más. Esta situación nos obligaba a prever que en cada visita tendríamos una cantidad entre 50 y 100 alumnos y alumnas a los que debíamos asegurar una estancia divertida y provechosa.
En un principio no resultaba un número difícil de manejar. Mientras una clase atendía a la visita guiada a la exposición temporal, las otras recorrían de forma libre el resto del Pabellón. Quizás el único problema surgía cuando el grupo era muy numeroso (por ejemplo, cuatro clases de un mismo ciclo) y algunos alumnos tenían que esperar hasta que llegara su turno de visita guiada.
Pero a partir de septiembre de 2013, cuando inauguramos el Planetario, la exposición permanente "GeoSevilla" y empezaron a surgir nuevas propuestas de talleres por parte de empresas educativas de la región, el problema de la organización de los grupos escolares cobró otro matiz, ¿cómo distribuimos la diversidad?
Nos encontrábamos con el siguiente escenario: cuando un grupo escolar acudía al Museo, se encontraba con una oferta amplia de actividades, pero no todos los alumnos podían realizar todas las propuestas al mismo tiempo. Fue aquí precisamente donde entró el consejo de un maestro, nuestro amigo Manuel Gordillo, director del CEIP San Pedro de Zúñiga (Villamanrique de la Condesa), quien nos sugirió la idea de ofrecer "paquetes de visitas" conformados por varias actividades que se pudieran llevar a cabo en diferentes e intercambiables bloques de tiempo. Para que resulte más grafico el sistema, os damos un ejemplo. Uno de nuestros "paquetes de visita" más amplio es el que ofrece las siguientes tres actividades, cada una de ellas de idéntica duración (45 minutos): Una función de Planetario + Una visita guiada a la exposición temporal del momento (actualmente "Eureka: Ciencia y Creatividad") + Una visita guiada a las exposiciones permanentes. Si nos visita, por ejemplo, un grupo escolar con tres clases distintas, cada una de ellas comienza con una de las actividades y cada 45 minutos se van intercambiando. Así en ningún momento hay alguna clase que tenga que esperar demasiado espacio de tiempo. Sin en vez de tres clases son cuatro, el cuarto grupo puede aprovechar para realizar algún tipo de taller o simplemente utilizar ese tiempo como recreo para tomar el desayuno.
Lo interesante de este sistema de bloques intercambiables es que las visitas terminan siendo casi "a la carta" según las necesidades de cada uno de los centros, y surgen las combinaciones más sui géneris: Desde Astronomía con cohetes incluidos, hasta la programación de robots, pasando por dinosaurios, minerales de la vida cotidiana, experimentos de física y química, construcción de puentes y juguetes reciclados, el cambio climático, las “trampas” que nos juega en el cerebro, e incluso la utilización de instrumentos de meteorología, entre otras muchas opciones.
Tal variedad representa un diario reto organizativo; o hablando en plata, un verdadero encaje de bolillos, pero como bien dice otro refrán, "sarna con gusto, no pica".
Gracias, docentes, por ayudarnos en esta tarea.
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