Un nuevo estudio publicado recientemente en Physics of Fluids ha demostrado lo que todos sabíamos: el arte y la ciencia, en muchas ocasiones, van de la mano. Las pinceladas del pintor holandés, Vicent van Gogh, en el cuadro La Noche Estrellada van más allá de simples colores y formas geométricas.
La ilusión de movimiento del cielo que refleja este cuadro de manera tan convincente fue la que llevó a científicos especializados en ciencias marinas y dinamina de fluidos a preguntarse hasta qué punto esta pintura refleja la física de los cielos reales. Aunque el movimiento atmosférico del cuadro no puede medirse, las pinceladas sí, y eso fue lo que llevó a un análisis profundo cuyos resultados han conseguido que los expertos alaben la intuición del artista para captar las turbulencias del cielo con gran precisión.
Este cuadro, expuesto en el MOMA de Nueva York, ha sido estudiado con una imagen digital de alta resolución, como indican los investigadores. Estudiaron las 14 formas arremolinadas del cuadro, para, posteriormente, compararlas con las escalas reales esperadas a partir de las teorías físicas de las turbulencias. Este análisis ha demostrado que el cuadro se ajusta sobremanera a la ley Kolmogorov, que predice el movimiento atmosférico y su escala en función de la energía medida. Del mismo modo, profundizando en el microcosmos de estas pinceladas, se ha podido observar una lineación con la escala de Batchelor, encargada de describir las lees de la energía en las turbulencias del cielo que sigue el movimiento atmosférico.
Estos datos dan como resultado dos opciones: por un lado, es posible que el pintor hubiera estudiado el movimiento de las nubes y la atmósfera antes de plasmar su noche estrellada o, por el contrario, poseía un sentido innato para captar el dinamismo del cielo. Así lo describe el investigador de la Universidad de Hong Kong, Yonxiang Huang.
No se trata del primer estudio que relaciona conceptos científicos con el trabajo de van Gogh. Ya en 2004, el telescopio Hubble captó una imagen de un halo de luz en expansión alrededor de la estrella V838 Monocerotis que un comunicado de la NASA describió como “un fenómeno espacial que imita la versión del arte en el Universo de una pintura de van Gogh”.
La ciencia y el arte no son mundos opuestos, sino caminos paralelos que se cruzan constantemente. Cuando se fusionan, nos recuerdan que podemos observar el mundo desde nuevas perspectivas.
Por Sara Adán.
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