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La gran vida de un pequeño mosquito

28/07/2022

Los mosquitos… ¿Qué sería de nuestros veranos sin esos pequeños y molestos insectos chupasangres? ¡Ni los repelentes acaban con ellos! A pesar de la incomodidad que pueda generar tenerlos cerca y sufrir sus picaduras, se trata de unos insectos bastantes curiosos para la Ciencia y estamos seguros de que muchas de sus características te resultarán desconocidas.

En primer lugar, estos mosquitos pertenecen a la familia de los culícidos y se calcula que existen cerca de 3.500 especies de mosquitos diferentes. Según el Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas y Zoonóticas, un mosquito tarda entre 7 y 10 días en convertirse en un adulto tras pasar por varias fases. En primer lugar, la hembra es la responsable de incubar los huevos, normalmente los deposita en un medio acuoso. Posteriormente estos huevos eclosionan y se conforman en lo que conocemos como larvas, que pasan a ser crisálidas en solo 5 días. Y lo más curioso es que en tan solo 3 días después, este mosquito que recientemente era una larva y vivía en el agua, se conforma en un adulto con capacidad de volar. Los huevos de mosquito no tienen por qué encontrarse en lugares como lagunas o estanques. Pueden encontrarse mucho más cerca de lo que pensamos, según indica la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. Hay que tener mucho cuidado ya que los juguetes, tapas de botellas o tupperwares son lugares ideales para las mamás mosquitos. 

Es importante destacar que, según el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), para el ciclo vital de los mosquitos, es necesario obtener sangre, no es un capricho, de hecho, las hembras no son capaces de producir huevos sin extraer este fluido. Es ahí cuando se produce el picor e inflamación, que en algunas personas es más leve que en otras. Esto es así debido a que, cuando un mosquito pica, lo hace con una parte especial de su boca llamada probóscide. Mientras extrae la sangre, inyecta una saliva que produce una roncha en nuestra piel. Pero, curiosamente, esta actividad es solo propia de las hembras, ¿por qué? Esto se debe a que los machos pueden alimentarse de néctar y no necesitan la sangre de animales o humanos para su supervivencia.  Sin embargo, lo que más preocupa de la vida de estos insectos no son estas leves picaduras, sino su alta probabilidad para transmitir enfermedades infecciosas. Seguramente, muchos de nuestros/as lectores/as recuerden la reciente -y aún vigente- crisis sanitaria en nuestra región, en relación al virus del Nilo, transmitido por mosquitos del Nilo, de ahí el nombre de la enfermedad. Esta es una de las tareas que compete al World Mosquito Programme, institución encargada de estudiar enfermedades como la fiebre amarilla o el dengue, entre muchas otras y buscar prevención para su propagación. Los mosquitos son vectores, adquieren patógenos de personas y/o animales y los propagan. Solo son necesarios unos pocos mosquitos infectados para que comience un brote que pueda llegar a descontrolarse, según confirma CDC.

En cuanto a la investigación en relación al virus del Nilo, cabe destacar el trabajo de uno de los investigadores de la Estación Biológica de Doñana, Jordi Figuerola. Es experto en zoonosis y está al frente del equipo de seguimiento del Virus del Nilo Occidental (VNO). En una entrevista que realizó para el Diario de Sevilla, confirmó que la mejor manera de tratar esta plaga que proliferó en Andalucía, en especial durante el verano pasado, es actuando sobre las crías, mediante tratamientos biológicos como larvicidas y hacer hincapié en la concienciación colectiva de propietarios/as de piscinas, de manera que no dejen abandonados estos recintos, que, con el agua acumulada, pueden convertirse en criaderos.

Ahora ya sabes mucho más sobre este insecto que, a pesar de medir aproximadamente 15 milímetros y un ciclo de vida de 2 a 4 semanas, guarda una historia muy desconocida para la mayoría de nosotros/as. 

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