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El legado peruano del Museo Casa de la Ciencia

02/08/2023

La semana pasada, concretamente el viernes 28 de julio, Perú celebró 202 años de la proclamación de su independencia, la cual tuvo lugar en el año 1821. Se trata de su celebración nacional más importante del país, su día grande. Desde el Museo Casa de la Ciencia de Sevilla no podíamos dejar atrás esta efeméride, ya que, como muchos sabréis, nuestra sede se encuentra en el Pabellón de Perú de la Exposición Iberoamericana de 1929. ¿Quieres saber más sobre esto? ¡Hoy te lo contamos!

El Pabellón de Perú, edificio en el que nos alojamos, se creó con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, a partir del proyecto diseñado por el arquitecto cordobés Manuel Piqueras Cotolí, conocido y recordado por ser el creador del estilo neoperuano. El carácter de este edificio está basado en las raíces españolas y la cultura prehispánica peruana. Entre los elementos de la arquitectura colonial española destacan las balconeras de madera con todo lujo de detalles, voladas en la fachada, además de otros elementos que lo hacen único, como la entrada de piedra inspirada en la Escuela de Bellas de Lima, cuya imagen se muestra a continuación, ¿Te suena?

Según cuenta Pedro Escajadillo en El Pabellón de Perú en la Exposición Iberoamericana de Sevilla 1929, uno de los objetivos de la celebración de esta Exposición fue visibilizar la importancia de Latinoamérica en Europa. Una vez terminada la obra de este pabellón, “miles de personas declararon que se sentían orgullosos de ser peruanos a conocer el Pabellón de Sevilla”.

Manuel Piqueras viajó a Sevilla el 3 de julio de 1927 y el 31 de agosto de ese mismo año fue nombrado director técnico de la construcción. Antes de terminar este pabellón, Piqueras pudo observar el resultado de algunos como el de Argentina y México, lo que supuso su impulso final para terminar su creación. 

1.700 metros de superficie y tres plantas. Así se daba por terminada la obra de este pabellón. Según el libro El éxito de Perú, fue visitado por 200.000 personas durante dos meses, recibiendo incluso 14.000 visitas en un solo día. Tal era su éxito, que una fábrica española de perfumes anunciaba como publicidad que sus productos eran los mejores de España, como el Pabellón de Perú era el mejor de Sevilla. La disposición de las salas estaba dividida en 17 espacios en torno a un patio de tradición española repartidos en dos pisos, con decoraciones muy meditadas: alfombras y mobiliario de diseños precolombinos, lámparas de madera tallada, motivos Paracas en el corredor del sótano…

Una vez inaugurado el pabellón, el cardenal arzobispo de Sevilla impartió la bendición en un altar provisional que se acondicionó en una de las salas, concretamente en la Sala Pizarro, donde se incluyó la obra Santa Rosa de Lima, de Murillo.  Entre todas las actividades que se llevaron a cabo durante la Exposición Iberoamericana del 29 y que tuvo ligar en el Pabellón de Perú, destaca la visita de los Reyes de España, acompañados de Primo de Rivera junto a miembros del cuerpo diplomático hispanoamericano, autoridades sevillanas y personal de la comisión peruana. Se celebró un banquete, además de una actuación de música incaica y un baile, mientras los invitados degsutaban platos típicos del país sudamericano. El monarca Alfonso XIII manifestó que el pabellón de Perú era “la más alta representación de los países americanos en esta histórica exposición”, según indica el documento de Pedro Escajadillo. 

No solo el edificio era relevante, su contenido también era rico en cultura y herencia peruana. Estaba dividido en espacios donde se destacaban elementos representativos del país: 

  • Sección de Arqueología e Historia Natural: un total de 1.380 piezas y seis momias paracas fueron expuestas en esta sala, cedidos por el Museo de Arqueología Peruana. 
  • Sección de Minería y el proyecto mestizo de Sabogal: en este espacio se dieron a conocer minerales ricos de este país, como el cinabrio de Huanuco o la Plata de Colquijirca.
  • Sección textil y el proyecto indianista de Domingo Pantigoso: la sala se llenó de animales disecados como la alpaca, uno de los elementos ganaderos más característicos de Perú. 

El Pabellón de Perú reúne una completa integración de elementos decorativos que conjugan todas las peculiaridades de una cultura y sociedad, la peruana. La simbología y construcciones definen a la perfección el estilo del país en esa época. Manuel Piqueras Cotolí supo crear una narración con su obra, desde las fachadas que representaban las cuturas del Perñu antiguo hasta la decoración de las salas, los textiles Paracas, cerámicas, flora y fauna del país, recursos naturales e incluso la Alegoría de la Patria, la gran estatua que se encuentra en las escaleras del Museo y que él mismo diseñó tomando como modelo a su mujer, Zoila Sánchez Concha. Esta imagen incluye unas alas de cóndor y la representación del sol desde la Puerta del Sol de Tiahuanaco. El documento de Escajadillo indica que esta escultura fue pensada como pareja de otra que no llegó a hacerse. El escultor español logró ganar el premio del jurado superior de recompensas por el resultado de su obra. 

Estos pabellones, además del de Perú, no solo son relevantes por la complejidad de sus formas, sino por el repertorio y lenguaje arquitectónico que representaron en un determinado momento histórico, haciéndoles merecedores de ser estudiados. Los pasillos del Museo Casa de la Ciencia recogen una larga historia, han sido partícipes de grandes momentos, nunca antes Perú y España estuvieron tan cerca. 

Por Sara Adán.

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