La pandemia de la covid-19 ha traído consigo una forma de comunicación que, aunque ya existía, se ha visto muy reforzada en los últimos años. Clases online, cursos de formación, teletrabajo, videollamadas… son algunas de las manifestaciones de esta comunicación basada en el uso de las pantallas a la que nos hemos visto obligados/as desde que en 2020 el mundo, tal y como lo conocíamos, se paraba. A menos de quince días para despedir 2022, planteamos un nuevo propósito para el nuevo año. ¿Por qué deberías incluir "Limitar mi tiempo en las pantallas" en tu lista de objetivos para 2023?
La pandemia no fue un proceso fácil, esta herramienta que llegó a nuestras vidas para evitar reuniones sociales y con ello, posibles contagios, eliminaba de manera fulminante el contacto humano, algo indispensable en nosotros y nosotras, ya que somos una especie que necesita socializar, además de las nefastas consecuencias en la educación, que se ha visto obligada a aferrarse a las pantallas de manera diaria. Sin embargo, las peores consecuencias de esto se hallan en nuestra vista y cerebro. Según el Institut Català de Retina (ICR), las personas menores de 60 años pasan una media de 8 horas diarias mirando a las pantallas. Pero la situación es aún peor, ya que según un estudio realizado por el Colegi Oficial d’Òptics i Optometristes de Catalunya, las personas menores de 30 años pasan más de 10 horas, mientras que el tiempo estimado recomendable sería, como máximo, dos horas al día. Sin embargo, esto es prácticamente una utopía en el ritmo y tendencias de la sociedad actual.
Una de las consecuencias que más preocupan se trata de la luz azul. Nuestro cerebro recibe la luz mediante ondas electromagnéticas, sin embargo, la luz azul tiene una onda muy corta y por tanto es más peligrosa, aún más cuando la dosis que recibimos de esta luz es extra, debido a las pantallas (tv, móvil, tablets…). A pesar de que la pandemia ya no esté tan presente, la tendencia comunicativa definida en el mundo online no ha desaparecido y sigue muy presente, y esto es algo que se manifiesta tanto en la calidad de visión a largo plazo como en el sueño y concentración, según el ICR.
El Síndrome Visual Informático es el nombre que la Medicina ha otorgado a este trastorno cada vez más común cuyos síntomas se presentan mediante cansancio ocular, ojos secos, visión borrosa o dolores de cabeza, entre otros. Sin embargo, no todo se centra en la vista, ya que el dolor de cuello, hombros y espalda también forman parte de este síndrome, según indica un informe del Hospital UC San Diego Health. Un estudio publicado en la revista Frontiers ha detectado mediante la experimentación en la conocida mosca de la fruta que, esta situación, además de afectar a la retina y a la salud visual, afecta a regiones del cerebro que tienen relación con la percepción de la luz, provocando dificultades en la producción de energía e incluso un envejecimiento acelerado del mismo. Es importante tener en cuenta que pasar muchas horas mirando dispositivos que emiten este tipo de luz no es aconsejable. Nuestra vista se puede ver muy afectada y con ello, nuestro cerebro y bienestar.
Así que ya sabes. Nuevo propósito de año nuevo: en la medida de lo posible y si el ámbito profesional o educativo lo permite, desconectemos del mundo online, nuestro cuerpo y mente nos lo agradecerá.
Por Sara Adán
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